jueves, 5 de febrero de 2015

On another love, another love

Puta canción que no deja de resonar en mi cabeza. Supongo que a vosotros también os habrá pasado alguna vez, escuchar una canción y estar todo el día con ella en la mente.
Esta canción en concreto, me hace pensar en demasiadas cosas. Una. es que me encantaría ver a este hombre en concierto, quizá fuese algo deprimente, pero me haría sentir algo.
Y otra cosa que se me pasa por la cabeza cuando pienso en ella, es que nunca me había parado a pensar en la rapidez con la que alguien que lo era "TODO" en tu vida, se esfuma de tus pensamientos.
Eso me hace cuestionar, si en verdad estaba enamorada..
Yo opino que sí. Sí que lo estaba.
Él antes era inexistente para mí. Era la típica persona que ves, te cae bien y saludas.
Pero, en una de tus noches de borrachera, se confunde la amistad con la atracción.
Al día siguiente, no sabes bien qué sucedió, pero pronto, todo vuelve a su cauce.
Crees que todo seguirá como antes, pero, comienza a aparecer por Tu mente a modo de flash estroboscópico.
Empiezas a fijarte más en sus virtudes, y sus defectos son recubiertos por una capa de invisibilidad que nubla tu vista. Quieres tener más encuentros con él.
Es entonces, cuando te das cuenta de lo perdida que comienzas a estar, esa "obsesión" (ob-sex).
Pero bueno, te pasa con todos, así que evitas darle importancia, hasta que un día él te habla. Tus bragas se esfuman y tu razón se evapora.
Al cabo de una semana, te has vuelto totalmente loca, y quieres seguir hablando con él.
El problema, es cuando él te sigue el rollo, quizá porque no tenga ninguna cosa mejor que hacer, pero tú estás tan cegada que crees que quiere pedirte matrimonio.
Cada vez te resulta más atractivo, y sus defectos comienzan a ser inexistentes.
Todo ahora gira en torno a él, él, es tu puta vida entera y no hay más tras él.
Comienza la función, empezáis a ser una pareja. No todo son rosas, de hecho si las hay, es gracias a ti y no a él.
Nada de ello es como aquél cuento que te contaron de niña, aquí sólo hay una toalla y la guardas tú.
Justificas cada uno de sus defectos, hasta que llega ese temido día.
Abres los ojos y no te gusta nada de lo que hay ante ti. El apuesto príncipe ha sido sustituido por un mugriento y putrefacto sapo.
Pero, ¿dónde está el príncipe?, te empeñas en modificar a ese sapo, para que vuelva a ser el príncipe que creías que era, pero no funciona.
Él no da nada de sí, y tú sigues empeñada en su metamorfosis.
Pasan las semanas, e incluso los meses. Te atrapa la desidia.
Ya te da exactamente igual lo que sea. te das por vencida, dejas la toalla en la lavadora.
De repente, el sapo parece haberse percatado de tu presencia y hace lo que sea por ser tu príncipe.
El problema ahora es, que ya no quieres nada proveniente de su ser.
Pasa el tiempo y tienes a ese príncipe que de niña te prometieron, pero ahora tú ya no sueñas con ser la princesa de ningún cuento.Abandonas tu lindo castillo y cierras ese capítulo de la que es tu vida.
Pasan los años, y en una noche de borrachera, ves a alguien que antes te era inexistente, el típico que te cae bien, y saludarías por la calle....

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