martes, 17 de enero de 2012

La vida no se trata de sobrevivir a una tempestad se trata de danzar bajo la lluvia

Está lloviendo, las gotas caen sobre tu desnuda tez, pero esta vez no son las gotas de agua salada a la que tu piel ya se ha acostumbrado, esta vez no son producidas por ti, hay algo externo que las produce, elevas tu cabeza y miras hacía las estrellas, cierras los ojos y dejas que toda la lluvia recaiga sobre ti, la ventisca es heladora, pero ommites el frío, recuerdas todos esos momentos que quedaron en el olvido, esta vez no es la postergación anticipada de la niebla la que guía tus pasos...esta vez no te sientes vacía aunque lo estés, esta vez te sientes totalmente llena de un gran calma que inunda todos tus sentidos haciéndote sentir una liguera sensación placentera, tienes mil temores en tu mente y otros mil recuerdos dejados en ayer, pero esta vez es diferente a otras muchas, te sientes viva, quizá no estés completa, no tienes todo lo que te gustaría, no tienes con quién compartir tu día a día, pero la gélida lluvia cae sobre ti, empapa tu cara, esta vez no son las cristalinas gotas saladas las que mojan tu torso desnudo, está lloviendo y el mero hecho de la sensación que éllo produce, te hace sentir más fuerte de lo normal.
Jugando bajo la lluvia. "No perdáis vuestro tiempo ni en llorar el pasado ni en llorar el porvenir. Vivid vuestras horas, vuestros minutos. Las alegrías son como flores que la lluvia mancha y el viento deshoja."

lunes, 16 de enero de 2012

La niebla no es el olvido, sino postergación anticipada.

"+¿Quedarme contigo?, ¿ para qué, para estar todo el día discutiendo?, éso es lo que hacemos, discutir, tú me dices cuando soy un arrogante y yo te digo cuando das mucho la tabarra".
El hecho de que hablemos ya se ha convertido en rutina, aunque sólo sea para discutir, cuando no es así, me siento vacía, incompleta, como si una parte de mí se esfumase.
La dependencia que he ido engendrando no me hace ningún bien, ser dependente de tí, y aún no entiendo muy bien el por qué, nuestras conversaciones son breves y escuálidas, y tú apenas participas en ellas.
No sé por qué después de todo aún me cuesta el no hablarte, el ignorarte, el hecho de poder pasar página de una vez por todas de un libro que ni si quiera se ha empezado.
Pero bueno, supongo que el tiempo y la distancia hace el olvido, o almenos me conformo con autoengañarme de algún modo.