miércoles, 21 de diciembre de 2011

Cuéntame del llover, de los días de mierda y cuchara.

Decidiste seguir en pie, no darte por vencida tán facilmente, pero claro, cada cosa tiene su precio.
Te dejaste envolver por tu propia utopía, desconfiaste de todo áquel que te prometía los versos más profundos en las noches más oscuras, te alejaste de todos aquellos en los que creías poder tener refugio, te fuiste, te marchaste sin más.
Ahora, reflexionando y observandolo desde fuera, vés que el lugar que dejaste vacío ya está ocupado, recuerdas a  esas personas, todos los momentos que pasaste  junto a ellos, para tí ha pasado el tiempo, pero parece que sólo tú  eres consciente de ello, entre lamentos y sollozos, miles de imágenes pasan por tu mente, millones de palabras que resuenan en el eco de tu propio silencio, se esfuman para no volver.
Eres consciente de todos tus errores, y de que de nada  sirve memorar el pasado.
..Como si no hubiera pasado nada

lunes, 19 de diciembre de 2011

A la altura del perejil se han quedado todos mis sueños.

Un día más, suena el despertador, lo escuchas, te detienes un momento a pensar, quieres volver a soñar, pasarte todo el día durmiendo, no por comodidad, simplemente por la satisfación de diseñar tus días venideros que aún están por llegar.
Vuelves a envolverte con tus sábanas, te encojes de piernas, y te sientes totalmente protegida, ahí estás a salvo, nadie te moverá de allí, con facilidad vuelves a coger el sueño, te encuentras agusto, diseñas tu propio mundo, en él, sólo estás tú, en tu propio locus amoenus, la temperatura es idílica, ni frío, ni calor, simplemente una suave ventisca que acaricia tu cara, estás rodeada de árboles, unos árboles increíblemente bellos, desde allí escuchas el cantar de los pájaros, e incluso reconoces el sonido que hace el agua al caer de un acantilado.
Te encuentras en total armonía, libre de ningún pensamiento que antes podría atormentarte.
Escuchas melodías de fondo, de un simple piano, nadie canta, nadie grita, es la banda sonora de tu vida.
No echas en falta nada de el mundo real, no te replanteas el volver al día a día, estás por fin en libertad, te quedarías allí por siempre jamás, pero algo interrumpe en tu mundo, todo se vuelve gris, la melodía se acelera, los pájaros ya no son pájaros, son buitres carroñeros, la suave ventisca que acariciaba tu cara, es aire demasiado gélido y penetrante.
Acabas despertandote, te levantas de la cama, y comienza tu día a día,  te vistes apresurada, ya llegas tarde, tu padre te grita, " Esque no tienes ningún interés en nada", te cayas, y vas cogiendo la mochila, de fondo tienes a tus padres insultandose desde las ocho de la mañana, sales.
Llegas a clase, y acabas viendo como te juzgan por no ser lo que la sociedad dicta, por ser diferente al resto, pero tú ya estás acostumbrada, te centras en el dibujo, crees que apesar de todas las díficultades, lo estás haciendo bien, quizás puedas haberte superado, y por fin se te dé algo bien, tus pensamientos se ven interrumpidos, y todo se desvanece, quizás para tí sí lo has hecho todo bien, pero nada de ello se ve reflejado, no sirves para nada, o almenos eso te hacen creer.
Llegas a casa, y la situación está tensa, como de costumbre, intentas no quitar la mirada de tu plato, llega tu padre, y te encierras en la habitación desde la cuál puedes oír los gritos, y los llantos, te pones los cascos, e intentas evadirte sin solución, vuelven a tí todos tus pensamientos, todos los malos momentos, y esa persona en la que casi nunca puedes dejar de pensar, antes era tu alivio, ahora simplemente tu tortura diaria, sabes que no hay nada, pero no puedes dejar de pensar en ello, harta de hacer garabatos en un papel, de machacarte a tí misma, por no poder ser alguien mejor, vuelves a la cama, y vuelves a estar en tu añorado idílico mundo.


 

Me hago un vestido con todo lo que he perdido
y ya tiene sentido sonreír