miércoles, 23 de septiembre de 2015

X

Noches delimitadas por el hedor del nuevo día.
Sábanas impregnadas de lascivia.
Números olvidados en la gran lista de los "ya te llamaré".
Farmacias de guardia abiertas hasta el amanecer.
Calles abarrotadas del bullicio del día laboral.
Y aquí sigo yo, luchando contra mi olor a destilería,
mientras preparo un café, para no pensar en aquello que no debería.

lunes, 7 de septiembre de 2015

Where is my mind.

Son las dos menos veinte minutos, y aún sigues ahí, alborotando mi cabeza.
¿ Por qué nos complicamos tanto?. ¿ Por qué no nos ahorramos esas horas, semanas o meses de desperdicio, por temor al expresar nuestras verdaderas intenciones?.
No lo entiendo. Sinceramente, intento comprender el por qué de generar dichas situaciones.
Deberíamos de vivir más, y follar más lento.
Para qué tantas miradas de complicidad, y tantos números que a los que jamás llamarás.
Hoy en día, nos complicamos demasiado nosotros mismos.
Estamos acostumbrados a los convencionalismos de " Este tío sólo quiere follar", "Si me habla ella, es que quiere una relación seria".
Y nos equivocamos. Quizás él, intente ahogar esos días grises de tormenta en los que esperaba esa llamada del móvil que nadie guardó. Y ella, quizás, simplemente necesita desahogarse sin tener que dar ningún tipo de explicación a nadie.
¿ Y por qué le habla si no quiere nada?, porque nada es lo que obtendrá.
Porque necesita no ser escuchada, necesita gritar palabras al aire mientras nadie la juzga, y es por eso, por lo que sólo le interesan los cuerpos más errantes de la noche.
De esos que se quedan en la esquina de un bar ahogando sus penas en el litro, mientras el bullicio hace que no escuche sus propios pensamientos.
De esos que pasan más tiempo en el baño, que el que puedas aguantar tú follando.
De esos a los que no hay que dar explicaciones.
De esos a los que sus vidas se les escapa, y poco les importa.