domingo, 8 de febrero de 2015

Dogmas.

Hoy,es una de esas noches, noches en las que hace frío, y deambulas por cada rincón de tu habitación.
Insomnio, cómo no, vuelves a mí.
Pero son esas noches, en las que más tiempo tengo para cavilar, y poder plasmar todo en el papel.
Hoy, me he topado con un comentario, en el que alguien, ponía como si de un anuncio de teletienda se tratase, su estado sentimental.
Se vendía así mismo como un tipo guapo e inteligente, que sólo busca ese alguien especial, todo ello, acompañado de  "Me gusta" y contacto.
Eso me ha hecho pararme a pensar. Recuerdo que hará cuestión de tres años, yo era de ese tipo de personas (no llegaba a poner un anuncio en el que me vendía, cual trozo de carne), pero si que estaba empeñada en encontrar a esa persona.
Quería ante todas las cosas, ese alguien especial. Compartir mis virtudes y defectos, revelar mis más oscuros secretos, y hacer planes de futuro.
Pero, ahora, después de los retales de la vida, y de las experiencias vividas. Al recordar eso, me siento estúpida.
El amor, no es algo que tengamos que buscar, es algo que aparece sólo cuando tiene que aparecer.
El buscarlo, sólo puede dar lugar a malentendidos. El estar empeñado en que algo salga bien, que esa relación tenga que prevalecer, y que esa sea la persona adecuada. Son demasiados convencionalismos. Creemos que en toda vida que se precie, ha de existir otra persona que nos complemente, y cuando ésta no aparece, nos emperramos en buscarla.
Pero nos equivocamos. Nuestro ansia puede con nuestra razón. Y nos acabamos perdiendo el placer de los pequeños detalles de la vida.
Esos besos robados, esos poemas al viento, esa sonrisa tímida, y esas conversaciones hasta el amanecer.
Debemos de luchar en contra de esos dogmas que hoy condicionan nuestra vida. Debemos tener nuestros propios ideales y luchar por ellos.
Así, quizá no perdamos tantos caminos equívocos que en nuestra vida hemos de recorrer para saber llegar al final del recorrido.

jueves, 5 de febrero de 2015

On another love, another love

Puta canción que no deja de resonar en mi cabeza. Supongo que a vosotros también os habrá pasado alguna vez, escuchar una canción y estar todo el día con ella en la mente.
Esta canción en concreto, me hace pensar en demasiadas cosas. Una. es que me encantaría ver a este hombre en concierto, quizá fuese algo deprimente, pero me haría sentir algo.
Y otra cosa que se me pasa por la cabeza cuando pienso en ella, es que nunca me había parado a pensar en la rapidez con la que alguien que lo era "TODO" en tu vida, se esfuma de tus pensamientos.
Eso me hace cuestionar, si en verdad estaba enamorada..
Yo opino que sí. Sí que lo estaba.
Él antes era inexistente para mí. Era la típica persona que ves, te cae bien y saludas.
Pero, en una de tus noches de borrachera, se confunde la amistad con la atracción.
Al día siguiente, no sabes bien qué sucedió, pero pronto, todo vuelve a su cauce.
Crees que todo seguirá como antes, pero, comienza a aparecer por Tu mente a modo de flash estroboscópico.
Empiezas a fijarte más en sus virtudes, y sus defectos son recubiertos por una capa de invisibilidad que nubla tu vista. Quieres tener más encuentros con él.
Es entonces, cuando te das cuenta de lo perdida que comienzas a estar, esa "obsesión" (ob-sex).
Pero bueno, te pasa con todos, así que evitas darle importancia, hasta que un día él te habla. Tus bragas se esfuman y tu razón se evapora.
Al cabo de una semana, te has vuelto totalmente loca, y quieres seguir hablando con él.
El problema, es cuando él te sigue el rollo, quizá porque no tenga ninguna cosa mejor que hacer, pero tú estás tan cegada que crees que quiere pedirte matrimonio.
Cada vez te resulta más atractivo, y sus defectos comienzan a ser inexistentes.
Todo ahora gira en torno a él, él, es tu puta vida entera y no hay más tras él.
Comienza la función, empezáis a ser una pareja. No todo son rosas, de hecho si las hay, es gracias a ti y no a él.
Nada de ello es como aquél cuento que te contaron de niña, aquí sólo hay una toalla y la guardas tú.
Justificas cada uno de sus defectos, hasta que llega ese temido día.
Abres los ojos y no te gusta nada de lo que hay ante ti. El apuesto príncipe ha sido sustituido por un mugriento y putrefacto sapo.
Pero, ¿dónde está el príncipe?, te empeñas en modificar a ese sapo, para que vuelva a ser el príncipe que creías que era, pero no funciona.
Él no da nada de sí, y tú sigues empeñada en su metamorfosis.
Pasan las semanas, e incluso los meses. Te atrapa la desidia.
Ya te da exactamente igual lo que sea. te das por vencida, dejas la toalla en la lavadora.
De repente, el sapo parece haberse percatado de tu presencia y hace lo que sea por ser tu príncipe.
El problema ahora es, que ya no quieres nada proveniente de su ser.
Pasa el tiempo y tienes a ese príncipe que de niña te prometieron, pero ahora tú ya no sueñas con ser la princesa de ningún cuento.Abandonas tu lindo castillo y cierras ese capítulo de la que es tu vida.
Pasan los años, y en una noche de borrachera, ves a alguien que antes te era inexistente, el típico que te cae bien, y saludarías por la calle....

domingo, 1 de febrero de 2015

Y sueñas con no soñar.

Domingos de resaca.
Tu aliento a destilería, tu cara sin lavar, legañas en los ojos y pelo encrespado.
Esa es tu imagen, la imagen que llevas teniendo desde hace ya un buen tiempo, pero ¿qué más dará?.
Te acercas aún más a la ventana, la abres y el gélido frescor abarca toda tu habitación.
Colocas tu café en la cornisa, y ves los trenes pasar. Hoy es domingo, domingo de resaca, noches de vino y rosas, y sábanas sin cambiar.
Te plantas frente al ordenador y pones esa lista de reproducción que te hace llorar, melancolía, recuerdos y humo.
Todo es tan bohemio que no tiene sentido. Te pones a escribir, sin saber bien el qué. No quieres dejar esas páginas en blanco, quieres rellenarlas de tu día a día, como hacías antaño.
Te paras a pensar en todas las veces que has hecho lo mismo, tal vez no haya muy buenos recuerdos de esos días, pero ahora estás aquí de nuevo, con una mirada perdida, viendo todo el tiempo que ha pasado, y el reloj parece haberse detenido.
¿Felicidad, melancolía?, más bien desidia.
Hoy ya no te importa lo que el futuro te deparará, ya no tienes miedo. Todo es un camino que hay que recorrer, y que lo parezca o no, siempre se avanza, quizá no en línea recta, pero no te quedas quieto al borde del abismo.
Tu mirada cambió, quizá solo lo notes tú, pero ya no es esa mirada desganada y sin brillo.
Hoy hay algo de brillo en esa mirada, quizá el reflejo de las gotas cristalinas que empañan tu ventana, pero algo ha cambiado, aunque no sepas bien el qué.
Y ahora sólo piensas en ir.....A cualquier otra parte.