domingo, 4 de noviembre de 2012

Y dar contra el suelo otra vez más al contacto con la realidad.


A la altura del betún se han quedado todas mis expectativas.
Con frecuencia tendemos a ilusionarnos con algo sin darnos cuenta de ello, sin quererlo, sin saberlo.
Nos dejamos embriagar por el dulce aroma que nos deja la posibilidad de realizar alguno de nuestro sueño más inconfesable, sin quererlo caemos en ello, cuando por alguna causa abrimos nuestros ojos y chocamos con el contacto de la realidad, ese hedor se esfuma sin dejar ningún resquicio, nos damos cuenta que eran meras ilusiones, las mismas que nos hacen seguir día a día, sin ellas quizá estaríamos perdidos.
Aunque creamos que no quedan restos de dichas ilusiones en nosotros, nuevamente vuelven a nosotros, queremos echarlas, no queremos dejarnos volver a llevar hacía ese gélido acantilado, no queremos volver a precipitarnos hacia el abismo, pero aún así sin poder llegar a comprenderlo, lo hacemos.
Aún no he encontrado ninguna explicación factible, quizá algún día llegue a comprenderlo y me ría de ese bucle, pero por el momento sé que seguiré en ese ya conocido recorrido intentando esquivar resquicios del anterior viaje.
Sincronicemos los latidos con la boca.

2 comentarios:

  1. Holaa de nuevo jajaja, tengo que decirte que el ser humano es un bucle en si mismo, si pensamos en todos los intercambios de proteínas hasta los cambios de humor… creo que no podemos ser de otra forma. Pero lo que sí es cierto es, que las personas tendemos a creer que nuestros momentos de felicidad son efímeros y de eso la culpa lo tiene nuestro cerebro. Cuando somos felices estamos como en una nube y de repente las cosas cambian y lo empiezas a ver todo negro, tengo que decirte que después de algo malo viene algo bueno y al contrario… hay que intentar disfrutar los momentos buenos para recargar las pilas y poder con los malos.
    Saludos

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  2. Hahaha Hola!
    Sin duda tienes razón, lo único es eso, que cuando estamos sumergidos no vemos más alrededor.
    Cuando simplemente han pasado unas horas para poder procesar la información y pensar con algo más de frialdad nos damos cuenta de ello, que quizá no sea tanto, o simplemente aunque sigamos sintiendo el mismo dolor, terminamos por reconducirnos en nuestro camino.
    Pero bueno, los buenos momentos no serían tan buenos si no existiesen los malos, por ello hay que intentar sacar algo positivo de lo negativo, es el ejercicio que siempre intento realizar y que con mucho esfuerzo termina por salirme "algo" jajjaa.
    Saludos:D

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